La resistencia específica y la calidad estética son las dos características clave al hablar del aluminio como elemento estratégico en el desarrollo del sector de la automoción.
La resistencia especifica nos permite, al mismo tiempo que conseguimos reducir el peso, mejorar la seguridad activa (mediante la reducción de inercias) y la seguridad pasiva (mediante la buena capacidad de absorción de energía en impactos). Además, esta optimización del peso permite la reducción de las emisiones de gases contaminantes ligados al consumo de combustible.
Por otro lado, la calidad estética, se convierte en un objetivo primordial sin importar la gama de productos a los que va destinado, gracias a la gran variedad de acabados premium que permite el aluminio con un coste contenido.